Prado 24 Gastro Taberna

La cita es delante de la Catedral Santa María de Vitoria-Gasteiz. Hay una estatua dedicada a Ken Follett, autor de las novelas “Los pilares de la Tierra” y “Un mundo sin fin”, que relatan la construcción en la Edad Media de una catedral gótica, inspirándose en la Catedral de Santa María.

 

Caminamos hasta la Plaza de la Virgen Blanca, donde cada cuatro de agosto, baja del cielo, Celedón, un aldeano con su paraguas abierto, dando lugar al inicio de las fiestas.

 

Dando un paseo llegamos a la Calle Prado, cerca de la Catedral Nueva. En el número 18, entramos en el Sagartoki, a probar el famoso pintxo del huevo. Una lámina deshidratada de patata, que envuelve dos tiras de bacón y un pequeño huevo de gallina, un bocado de las mejores tapas, que podemos encontrar. Con un vermut Bronx el maridaje es perfecto.

 

En la misma calle, se encuentra el restaurante Prado 24. Mi guía misterioso me recomienda el menú del día, con un precio de 16 €.

 

Un restaurante moderno pero con una decoración cálida y sencilla. Trabajan con productos frescos y de temporada, cocina de mercado.

Cambian el menú periódicamente, que suele tener cuatro entrantes, cuatro segundos y cinco postres. En los entrantes, siempre hay uno de puchero, alubia pinta alavesa, alubia blanca, arroces al horno con costilla ibérica o conejo, guiso de rabo estofado, pescado del día y carne.

 

Este día ofrecían, ensalada de patata, queso Brie y maíz, puchero de alubia blanca con sacramentos, salteado de vainas frescas con jamón y arroz de campo al horno con conejo.

 

Nos decidimos por las vainas frescas y el arroz al horno. Las vainas en su punto, deliciosas. Mi guía disfrutó del arroz, sabroso y una ración generosa. No pude evitar meter el tenedor en la paella.

 

De segundos tenían anchoas del Cantábrico rebozadas con pimientos, lomo de salmón a la plancha con verduras, lomo bajo de vacuno con guarnición y costillas de cerdo ibérico al estilo Cajún. Mis anchoas, en su punto, jugosas, con un rebozado perfecto, todo un acierto. Las costillas, lacadas al horno, con sus patatas fritas, gruesas de casa, sabor de Álava.
De postre ofrecían, Browne de chocolate con nueces, helado casero de chocolate y caramelo, tarta de queso, panacota de limón y menta, yogurt con mermelada y muesli. De fruta mandarina.

 

Probamos el Brownie y el yogurt, que nos confirmaron la mano de Elena y Andrés, un equipo joven, pero con mucho oficio. El servicio atento y rápido.

 

Suelen ofrecer con el menú un vino del año, Carravalseca, pero este día tenían un rioja alavesa del 2017, Luis R joven, tempranillo y viura, muy agradable para acompañar la comida.

 

Vitoria, cuna de grandes músicos, como Sebastián Iradier, autor de la habanera “La Paloma”, Jesús Guridi autor de la zarzuela “El Caserío” y con una placa dedicada al bardo Iparraguirre, en la Calle Independencia, autor del Gernikako Arbola, merece la pena una escapada y hacer una parada en Prado 24, una apuesta segura, cuidando el bolsillo, como siempre.

 

PRADO 24 GASTRO TABERNA
El Prado kalea, 24
VITORIA