Bodegas Castillo de Mendoza

Nuestra cita es en San Vicente de la Sonsierra, para visitar las Bodegas Castillo de Mendoza . Merece la pena, dar un paseo por la villa y seguir el recorrido que realizan las procesiones de los “picaos”, los Jueves Santo y subir al Castillo de San Vicente. Callejas medievales, antiguos palacetes con bellos escudos heráldicos nos llevarán, por un pequeño sendero hasta la Torre del Reloj, construida en el siglo XVII, sobre restos medievales.

 

En la parte superior encontramos la Torre Mayor, con su mirador, dominando el valle del Ebro. Fue una fortaleza, del siglo XII, construida por orden de Sancho el Sabio de Navarra, que en 1176 dio fuero a la villa. Frente a él, al otro lado del Ebro, se alza el castillo de Davalillo, que perteneció al reino de Castilla.

 

Nos espera David Oliver, gerente de la bodega. Mientras damos un paseo por los viñedos, nos explica la pasión por el vino de la familia Mendoza. Comenzaron en 1994, cuando Eloy Mendoza, recupera la tradición familiar de varias generaciones elaborando vino.

 

El trébol, símbolo de la bodega, cuatro corazones, representa la unión de la familia. Fue el primer tipo de hierba, que apareció en el suelo del viñedo, tras su conversión, en el año 2000, en agricultura ecológica. Hoy en día las 35 hectáreas de sus viñedos, se cultivan de forma ecológica, empleando sólo elementos naturales, para proteger las uvas de plagas y enfermedades. Si además tenemos en cuenta, el microclima excepcional, que se crea al resguardo de la Sierra Cantabria, a una altura de 600metros y los suelos arcillo calcáreos, pobres, que hacen que las raíces de las vides, busquen en la profundidad el agua y sustratos explican las pequeñas producciones de uva, pero de una calidad sin discusión.

 

La visita a la bodega, nos ofrece una visión moderna y exigente, un viaje, que David nos guía, siguiendo los pasos del proceso, desde las mesas de selección manual, prensados, trasiego, clarificado, filtrado y fermentación en barricas nuevas.

 

Bajamos al calado, excavado en la roca viva, donde el vino, al abrigo de la oscuridad, temperatura y humedad controlada, tiene las condiciones ideales para mejorar el alma del vino. Todas las barricas son nuevas, de roble francés y americano, para pasar luego a las botellas.

 

Subimos a la zona de catas, para conocer y probar los diferentes vinos de la bodega, con un aperitivo de chorizo riojano.

Comenzamos con Noralba 2017, un vino blanco ecológico, fermentado en barricas de roble húngaro y elaborado con uvas viura y malvasía. Tiene la certificación Vegan. Después de la fermentación, los vinos se muestran turbios, por tener en suspensión levaduras muertas, bacterias, etc.. Para acelerar la clarificación, que es espontánea, utilizan proteínas de guisante, de origen vegetal, evitando la albúmina de origen animal.

 

Seguimos con un crianza tinto, Noralba 2015 ecológico y también con certificado Vegan, elaborado con 80% de uvas tempranillo y 20% de variedad graciano. Tiene un envejecimiento en barrica nueva de roble americano y francés durante 18 meses y luego al menos 12 meses en botella. Es un vino de color rojo cereza, muy aromático y potente en boca con un buen equilibrio de acidez y taninos. Ha recibido varias medallas de plata en Bruselas, Francia y Alemania.

 

David, nos presenta el Castillo de Mendoza autor ecológico 2015, elaborado con uvas tempranillo, cosechadas a mano en cajas pequeñas, clasificado en la mesa de selección y fermentado en pequeños depósitos cónicos de inoxidable. El envejecimiento se realiza, en barricas nuevas de roble francés durante 20 meses y en botella al menos 12 meses. Tiene cuerpo y llena la boca con sensaciones que despiertan los sentidos. Ha recibido medallas de oro en diferentes concursos internacionales y elegido como el mejor vino orgánico español en el 2017.

 

Completamos la cata con un reserva de Castillo de Mendoza 2011, elaborado con las mejores uvas tempranillo, de los viñedos más antiguos. La fermentación es maloláctica, que descompone el ácido málico en ácido láctico, añadiendo complejidad aromática al vino y aumenta su estabilidad. Después de 24 meses en barricas nuevas de roble francés y más de 12 meses en botella, tenemos un vino color rojo cereza rubí, con cuerpo, una explosión de aromas y con un final largo. También ha sido reconocido en diversos concursos internacionales.

 

Salimos de la bodega y las vistas de los viñedos, con sus tonos ocres y rojizos, invitan a disfrutar del paisaje.

 

Bodegas Castillo de Mendoza, es un ejemplo del respeto y la pasión por la cultura del vino.
Un viaje para los sentidos para enamorarse del vino.

 

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