Tapería La Cacharrería

Taperia la Cacharrería, tapas gastronómicas de primera.

 

Visitamos la ciudad de Cáceres que fue capital gastronómica del año 2015 y sabíamos que eso significaba algo para nuestros inquietos estómagos.

 

Después de callejear por el casco antiguo de la ciudad, topamos con una tapería de lo más curiosa y más que recomendable.  En primer lugar, se accede a un patio donde te encuentras con 3 mesitas altas que trás cruzar una puerta daban paso a la barra y  a un comedor de lo más coqueto.

 

Hacía una noche calurosa con lo que preferimos quedarnos en las mesas del patio abierto para aprovechar la brisa, además, al rato de empezar la velada, empezó a llover. Ver caer las gotas a tu lado mientras brindas con una copa de vino,  hace que te relajes y disfrutes de un plan entre estupendo y fenomenal.

 

La carta de la Tapería la Cacharrería no es muy amplia pero sin duda “lo bueno si breve, dos veces bueno” es un buen lema porque nos llevamos una grata sensación.

 

El camarero nos aconseja alguno de los platos a probar para compartir al centro, aunque en mente ya teníamos algunas elecciones que no distaban mucho de sus recomendaciones.

 

Empezamos por un salmorejo con huevo y jamón ya que nos embelesó el camarero diciéndonos que había sido mencionado en el New York Times. Será que no tiramos de la misma hemeroteca porque no he encontrado la mención, pero era un plato para llevarte una jarra a casa. El salmorejo no estaba muy líquido y parecía más una crema  con un jamón que sudaba más que nosotros callejeando a la hora de la siesta por Cáceres, cada cucharada sabía a gloria.

 

Después nos lanzamos a por las croquetas de patatera y dátiles. No somos muy de frutas dulzonas pero la verdad que la textura y el sabor de las croquetas te hacía preguntarte si los dátiles los habían guardado para la cena de navidad.

 

El huevo trufado con foie fue el plato que hará que repitamos en  la Cacharrería si pasamos por Cáceres otra vez. Plato de cuchara que te sabrá a poco porque está exquisito!!!!

 

Para terminar y estando en la tierra donde campan los pata negra a su antojo comiendo bellota como si no hubiera un mañana nos pedimos el Secreto Ibérico con praliné de pimentón. Al final nos quedamos con un pequeño gran chasco ya que el praliné se comía todo el sabor del secreto, una pena que fuera así. Hay que poner salsas un poco más suaves para combinar.

 

Nos dio pena no probar alguno de los postres de la carta, en concreto, el flan de torta del casar, pero el pimentón campaba aun a sus anchas por nuestro paladar y sabíamos que todo nos sabría a el.

 

Deciros que nos pareció un gran descubrimiento la Tapería la Cacharrería, un lugar con encanto, donde no te defrauda ni el servicio, ni la decoración, ni por supuesto la cocina que presentan.

TAPERÍA LA CACHARRERÍA

Calle Orellana,1

CÁCERES