Asador San Martin
El Asador San Martín abrió sus puertas en el año 97 como sidrería y con el paso de los años fue sofisticándose y dándole más juego a su maravillosa parrilla. Este asador se encuentra a 10 minutos de San Sebastián y tiene una ubicación privilegiada. El espacio es muy acogedor, ideal para bodas y con unas vistas que no tienen desperdicio.
Aunque todos conocemos el refrán de “a todo cerdo le llega su san martin”, la verdad que si a nosotros nos tocará todos los meses ir al Asador San Martín estaríamos encantados de ello. Desde luego que no sería ninguna tortura todo lo contrario, un placer para todos los sentidos.
Y después de la introducción, vamos al meollo, al contenido que tanto nos gusta.
Viernes lluvioso y qué mejor que acercarnos a contemplar las gotas de lluvia desde sus ventanales con buen producto, buena compañía y buen vino, ¿verdad?
Mientras contemplamos la amplia carta, con ansia de probar todo, Fina, nos sorprende con un aperitivo, una crema de calabaza finísima, templadita para ya animarle a nuestro estómago y prepararle para el festín. Fina es atenta, detallista, amable, una profesional como la copa de un pino por lo que nos dejamos aconsejar. Aprovechamos para pedir un vino blanco, Viñas del Vero Gewurztraminer puede encajar perfectamente en esta velada.
Comenzamos con unos hongos frescos de temporada a la plancha con huevo asado a baja temperatura, la ración es hermosa y nos vamos imaginando esos paseos en el monte acompañando al patriarca de la familia adentrándonos en esos escondites que tan bien guardaban en busca de setas de todo tipo. No hay más misterio, cuando se junta la sencillez y la frescuro del buen producto y del buen hacer.
Hoy la noche temática va de marisco, y aunque dejamos a un lado con todo el dolor de nuestro corazón la txuleta que tantas veces hemos comido, empezamos con unas vieiras gratinadas de marisco que hacen que se nos olvide esa pena.
El siguiente plato son unas cigalitas muy simpáticas que parece que van a saltar del plato de lo frescas que están y se van a poner a cantar con Sebastian en la película de la Sirenita.
Y el plato fuerte es un rodaballo salvaje a la parrilla con unas patatitas a la panadera y un sofrito con el toque justo de vinagre para no alterar ni influir en los sabores del pez. Es un pescado tan apreciado para nosotros, la carne blanca excelente, no tiene muchas espinas y es de una calidad insuperable. Como tip en este post os vamos a asegurar que este rodaballo es salvaje ya que está cubierto de unos bultitos que son característicos de su piel.
Aunque parezca mentira, nos hemos quedados tan satisfechos que apenas tenemos hueco para el postre, pero como para nosotros el broche final siempre está relacionado con algo dulce, pedimos unos sorbetes con mandarina que consiguen que alcancemos el summum del equilibrio de todos los elementos.
Un aplauso por el Asador San Martin que en todos los años que llevamos disfrutando no conseguimos ponerle un pero. Sitio 10 donde no hay secretos más que el buen hacer, la sencillez y por supuesto el buen producto.
Barrio San Martin S/N
20810 ORIO
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