Restaurante Zaldiaran

Los grandes retos asumen grandes responsabilidades y hoy nos toca hablaros de nuestra primera experiencia en el blog de un restaurante con estrella Michelin.

 

El restaurante Zaldiaran ubicado en la capital vitoriana ha sido el elegido para este primer paso a la constelación de los grandes templos de la gastronomía de este país, y estamos encantados de poder contaros la experiencia.

 

Desde 1984 el restaurante Zaldiaran apuesta por una cocina vanguardista pero sin perder la esencia de la cocina vasca. Este bagaje se mantiene tan fuerte tras el paso del tiempo ya que al mando del restaurante Zaldiaran se encuentra Gonzalo Antón, que tras 53 años en el mundo de la hostelería, ha sido nombrado empresario vitoriano del mes de marzo este año.

 

La atención recibida tras cruzar la puerta del restaurante como el servicio en mesa es espectacular, pero no vamos a seguir alargándonos en piropos y vamos a empezar en materia, que sino os vais a aburrir (entender que estemos nerviosos y abrumados por este primer paso hacia las estrellas, como dijo aquel “Un pequeño paso para mi estómago pero un gran salto para el blog” o era algo , así ¿no?).

 

La carta del restaurante Zaldiaran consta de raciones y medias raciones de productos de temporada, con la que degustaras su amplia variedad y experiencia en los fogones. También puedes degustar su menú degustación, que suele cambiar unas 7 veces al año, con lo que nunca saldrás de este local sin degustar algo nuevo.

 

Nosotros optamos por el menú degustación de primavera, que se componía de 3 aperitivos, 5 platos principales y 2 postres. Hay que realizar una mención especial a la repostería, ya que en el año 2004 les otorgaron el premio Nacional de repostería, golosos estáis en vuestro paraíso!!!!

 

Como entrantes degustamos un capricho de pan bao marino con erizos de mar y plancton en su interior, bocado que al morderlo en tu boca dejaba explotar todo ese sabor fresco a mar.

 

El segundo aperitivo fue un maki de mejillón con espuma yodada, la salsita del mejillón era algo picante y hacía que todo compactara perfectamente. Después de este bocadito, nunca podré mirar de la misma manera esas latas de mejillones que como cada veranito en la playa.

 

Para finalizar con los aperitivos nos sirvieron una tempura de cangrejo y soja. Probamos el cangrejo sin la soja para apreciar todo su sabor y venía empastado con unas verduras. Al untarlo con la soja el resultado era algo diferente, pero creo que nos quedamos con ese sabor original del cangrejo.

 

El primero de los platos principales fue un tartar de atún con huevas de trucha y aromas cítricos. Solo podemos decir ole, ole y ole ya que el atún estaba cuidadosamente cortado, además la mezcla de esos sabores algo ácidos y el frescor de las huevas de trucha, hacía que fuera una experiencia super agradable en tu paladar!!!!

 

A continuación la navaja con vinagreta de yuzu y piparras fue el plato en nuestra mesa. Ese ligero toque del yuzu con la fusión de la piparra y la textura de la navaja (que únicamente las había comido ala plancha) hizo las delicias del respetable.

 

El chipirón asado con falso risotto y crujientes de arroz fue el tercero de nuestros platos. Lo denominaban falso porque no era arroz lo que representaba el risotto, sino una sorpresas que no os podemos desvelar,así somos de malvados!!!

 

El bacalao marinado con miso (el miso era la soja caramelizada) y caldo gelatinoso de pimiento fue el plato principal de pescado. El bacalao era pura mantequilla y ante cualquier corte con el tenedor salían unas preciosas lascas laminadas que daba gloria verlas!!!. El bacalao venía acompañado de una corteza de bacalao con un pil pil que hacía que al mezclar todos los ingredientes con ese salsa de pimiento terminaras con el pan de la mesa.

 

Rabo de ternera con yuca, puré de legumbre dulce y mole rojo fue el plato de carne. Para mi gusto uno de los platos más flojos del menú. La textura del rabo no fue de mi agrado, aunque tanto la salsa como la cocción estaba en su punto.

 

Llegamos a los postres creyendo que el menú iba a poder con nosotros pero ya sabéis que siempre hacemos un hueco para el chute de azúcar. Al ver el dulce de aguacate y esencia del bosque servido en copa, pensábamos que sería el típico digestivo para ir bajando la comida, pero nada más lejos de la realidad ya que era un postre con contundencia!!!Había que meter la cuchara hasta abajo y según te lo metías en la boca sentías toda la fuerza y rugosidad del aguacate junto con el frescor de la gelatina fresca de la parte superior. Una copa digna de la champions league!!!!

 

Dejaron para el final las fresas marinadas con cremoso de yuzu y helado de wasabi, siendo muy conscientes de que este postre, que fue premiado en el campeonato de España de repostería, nos iba a sorprender. Nos pareció una combinación brillante, donde el helado tenia un pelin de punto picantón (pero muy muy suave, suavesito..). Las fresas tenian un sabor dulzón a pesar del yuzu y se nos hizo muy corta la ración.

 

Para terminar el menú, nos ofrecieron un café de costa rica con petit fours, una forma magnìfica de terminar una velada increíble en este gran templo gastronómico llamado Zaldiaran.

 

Siendo el único restaurante con estrella Michelin de Vitoria, con la atención que desprenden, con el mimo que tienen en la cocina en cada una de sus elaboraciones, la vajilla con la que emplatan y sobre todo el precio del menú, hacen que el restaurante Zaldiaran sea uno de los imprescindibles para visitar cada año.

 

Para haber sido nuestra primera estrella engullida diremos que ha dejado el listón más que alto.

 

RESTAURANTE ZALDIARAN

Avenida de Gazteiz 21, Vitoria

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