Restaurante Trivio

Después de un largo paseo por Cuenca, alargando el debate de si son casas colgadas o colgantes, sintiendo un poco de vértigo cruzando el puente de San Pablo, acabamos cenando en el restaurante TRIVIO.

 

De la mano del chef Jesús Segura y David Chamorro el restaurante TRIVIO apuesta por una cocina de secano donde cogen un gran protagonismo los cereales, las leguminosas y los mucilagos. Además de realizar diferentes fermentaciones de verduras y elaboración de vinagres todo lo fusionan con un toque de oriente que hace que la mezcla sea una bomba para tu paladar!!!

 

En restaurante Trivio encontrarás una variada opción para degustar esa cocina tradicional pero a su vez novedosa llena de sorpresas en su carta con algunos platos llenos de recuerdos con un toque creativo muy especial.

 

Dispones de una variada oferta para degustar su carta ya que puedes optar por tomar algunos de sus platos más representativos en la zona de barra pero si quieres probar una sensación única pasaría al comedor, donde tienes 3 opciones de probar las delicias de su cocina.

 

Como estábamos cansados nos animamos con el menú tradicional que se compone de 3 entrantes, 1 plato principal y un postre. Pero si sois osados, no tenéis prisa y queréis pegaros un buen homenaje debéis de saber que el restaurante Trivio dispone de un menú de 17 pasos y otro menú de 8 pasos. Los dos menús tienen la posibilidad de hacerlos con maridaje.

 

Como aperitivo nos trajeron Ajoarriero conquense. Hay que decir que no se parece en nada al ajoarriero que conocíamos que tomamos habitualmente con el bacalao ya que este ajoarriero es una especie de pasta parecida al paté. Como acompañante al ajoarriero venían unos Hopper que es un plato típico de Sri Lanka que es una masa de arroz y coco muy fermentada a la que se la da forma en una plancha japonesa. Por la forma del Hopper y la suavidad del ajoarriero era una combinación perfecta para untarlo dentro y comerlo de un bocado.

 

Jesús Segura fue nombrado cocinero revelación en Madrid fusión 2012 y ya consiguió una estrella Michelin para el restaurante Arts Natura de Cuenca. Jesús en 2016 gano el concurso a la mejor croqueta del mundo y era de debido cumplimiento pedirla para poder llevarnos ese honor de haberla probado. Digamos que su bechamel, su textura y su sabor es increíble!!!Solo podremos decir que la vimos venir en un pedestal y hacía presagiar que fue coronada por algo…

 

Otro de los entrantes fue una ensalada de trigo con perdiz escabechada. Al ser unos grandes expertos en la fermentación de vinagres habían logrado una acidez perfecta para que la perdiz se mezclara y dejara un toque en boca muy peculiar. El trigo parecía meloso como si fuera un rissoto pero con el grano de arroz más duro. Nos pareció una combinación perfecta de sabores.

 

Siempre hay guiños a LA cocina tradicional, a  esos guisos de nuestras abuelas y consecuencia de ello fue que el siguiente entrate que llego a nuestro mesa fueron unos callos vegetales. No os alarméis porque no soy muy de casquería y resulto ser un trampantojo en toda regla. En realidad el plato consistía en unos boletus de oreja de judas muy suaves que hacían de “callos” por su textura suave y gelatinosa y verduras las cuales tenían un toque picantito debido a unas guindillas que fue el sumun del plato y de nuestra sorpresa al probarlo.

 

La presentación del plato era cuando menos curiosa ya que salía humo recordándonos a un horno viejo de leña, este humo provenía de un romero que se estaba quemando en la parte inferior del recipiente y daba un olor a esas cocinas de antaño.

 

El último de los entrantes fueron unas quisquillas con habitas salteadas y consomé de ave. Poco podemos argumentar o decir de este platazo ya que aquí se ve el mimo por el producto fresco y la técnica en la cocina.

 

Como principales elegimos las opciones de carne y pescado para asi probar toda la variedad que nos ofrecían.

 

Unas carrilleras glaseadas con unas verduras thai salteadas sobre una base de puré de patata fue el plato de carne. La carrilera era mantequilla y las verduritas con ese toque asiático que nos encanta compactaban a la perfección.

 

Un buen taco de merluza que previamente se había pasado por la plancha para acabar en el horno fue el plato de pescado. El caldo de ave ligado a su vez con ajo y almendras hacia que cada bocado fuera único. Un sabor muy fresco y diferente que ensalzaba el sabor de la merluza.

 

Ya casi sin poder reponernos llego el postre, un Lemon pie. Esta tarta de limón con merengue venia desestructurada en toda su composición con lo que ibas mezclando los diferentes componentes del plato a tu antojo para ir buscando todos los matices y sabores del mismo.

 

La atención tanto en barra, como en sala con la explicación de los platos, la variada carta de vinos y sobre todo la presencia al finalizar la velada de Jesús Segura en el comedor hicieron de nuestra cena una fantástica velada difícil de olvidar. El restaurante TRIVIO es un sitio imprescindible y más que recomendable si pasáis por Cuenca.

 

RESTAURANTE TRIVIO

Calle Colon 25, Cuenca